México sacó la casta y el corazón.

El día de ayer, en el debut de la selección mexicana en la Copa de América, derrotaron a su similar de Brasil, por marcador de 2 a 0. La verdad el partido fue como me lo esperaba: duro, donde los brasileños no mostraron su famosa magia. La clave para la victoria de la selección mexicana fue la pareja de medios de contención que en el primer tiempo despedazaron cualquier jugada brasileña. Torrado y Correra se fajaron los pantalones y mostraron coraje y corazón en todas las jugadas; Brasil tuvo que saltar muchas veces líneas u obligaban a Robinho a tener que bajar por el balón al primer tercio de la cancha.

Tengo que dar una mención honorífica a cuatro jugadores más: Guillermo Ochoa, Rafael Márquez, Juan Carlos Cacho y Nery Castillo. Estos jugadores se volvieron, junto con Torrado y Correa, la base del éxito mexicano. Ochoa atajó mínimo 3 que eran para gol, Márquez fue impasable, dio la seguridad que hacia falta en la Copa de Oro, Cacho demostró que esta para ser titular de la selección llevándose de calle a Omar Bravo que se la pasó deambulando como zombie el rato que estuvo en la cancha, finalmente Nery que dio un juegazo, metiendo un gol de fantasía, aun que si soltara el balón unas cuantas veces más sería todo un crack.

Hugo debe de seguir trabajando, y mucho, por que en el segundo tiempo los brasileños mostraron que México sigue teniendo esos errores que adoleció contra los norteamericanos, solo que Brasil también mostró que trae la puntería un poco chueca. Un excelente inicio, pero no debemos confiarnos, hay que dar un pasito a la vez.